"No invito, ni acepto compañía"
Prefacio:
Escrito desde el silencio del desierto y la cercanía del grito, estas escrituras solo van tras la única verdad, que es Dios Padre.
Todo ha sido siempre, solo el testimonio de un alma que camina sola, no por desprecio al mundo, sino por fidelidad a su llamado.
Escritura:
**Esta es mi fe, es mi lucha, es mi batalla día a día, es mi pregón.
No es la vuestra, no tiene por qué serlo, ni ha sido ni será nunca mi pretensión que alguno me acompañe, me escuche o repita mis pasos.**
Era joven, y en el predio de Juan Vucetich ya hacía lo mismo.
A lo largo de toda mi vida —laboral, social y familiar—, y ahora en estos, mis últimos tiempos a vuestro lado, solo sigo adelante con mi misión, mi vocación, mi fe, mi amor por Dios.
**¿Por qué?**
Porque este es mi camino, mi llamado interno, lo que siento en cada instante.
No invito, ni acepto compañía.
Porque este es mi camino.
Vosotros,
cada uno siga el suyo.
Y a todo aquel que use mi nombre y mi camino, en el presente o en el futuro más distante, después de que este cuerpo ya no esté entre vosotros, le digo:
será llamado antes de su tiempo y enviado al foso de las almas perdidas —él y todos los que comieron de su mesa—.
Y allí permanecerán.
Un loco orando en voz alta,
un perro aullando al cielo,
un delirio permanente de amor a Dios,
un misterio incomprensible,
una acción sin motivo:
así han sido mis pasos.
Pues mis caricias a Dios, al Todo, a vosotros,
no necesitaron
ni necesitan motivos
ni explicaciones en mí.
Las doy porque así es mi amor.
Una paloma 🕊️ caminando en vuestro patio,
un gorrión huidizo,
un gato maullando en vuestro techo,
una molestia que lleva calma,
un hombre que camina solo por el desierto,
hablando del amor del Padre.
Que mi nombre no sea bandera, ni mi fe pretexto:
que solo sea, al final,
un susurro de amor
que el viento llevó
al oído de Dios.
Quieren saber del futuro?
Los nietos de esta generación,
iniciarán el verdadero camino.
Ellos son los inspiradores,
los labradores,
sus nombres permanecerán.
Luis